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Pablo Landeo Muñoz (Perú) Poemas Selectos

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I Invocación de Felipe Huamán Poma de Ayala          Oh Wiracocha Señor de la urbe celeste…  He soportado la soberbia de tus monedas y centuriones, toda tu plebe y lo más oscuro de tus linajes... Aparta de esta habitación las tinieblas aleja de mí tus fieras y lagartijas      tus serpientes y escarabajos. ¡Huérfana piedra no soy de los precipicios para vivir despojado de mi propia sombra! ¡Sangre que das vida a los muertos! líbrame de los recaudadores de impuestos de las tarjetas de crédito y comerciantes en seguros de vida. ¡Óyeme Señor… aparta de mí tus aves de rapiña! Impide que lleguen hasta la puerta de mi casa   predicadores de Cristo el tigre y otras sabandijas. ¡Oh Wiracocha, cúmpleme estos deseos! Y concédeme la gracia de morirme cuando yo lo disponga.     II Hatunrumiyuq                                                                      Más allá de la medianoche las piedras lamentan su esplendor su condición pétrea su infancia de oro. Hatunrumiyuq continúa siendo el princip

Jorge Santtori (Quito, Ecuador) Poemas Selectos

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Lucha de lenguas Besos bajo el cielo de la regadera. Besos sobre el infierno de la infidelidad. Besos de lágrimas ardientes. Besos como un alivio al matrimonio.  Los envoltorios de la pereza se embeben de verdades necesarias; No somos los mismos sin nada encima, en esta posada de carretera rural. Destrampes, mordidas, muchas...  muchas bajo la ducha.  Lucha de lenguas.  Muchas veces te soñé destapando la rabia de no tenerte. Beso labios calientes. Beso mientras miro en la oscuridad. Besas con la boca abierta Besas con el alma,  como besabas antes que te olviden.    Etéreo Tan corpóreo es nuestro enlace,  que los dedos se mezclan con las venas. Y las venas portan lava; se enredan, y me tocas. Dejas el volante y te arrojas sobre mí,  te aprietas contra mí  y me besas como hace años no te besan  Cinturones sin cinturas  y lenguas sin prejuicios,  lo dorado define tu perfil. Yo te admiro en el silencio.  Abro los ojos y miro tu boca  mordiendo, lubricando, apretando, y lamiendo mis dientes

Mauricio Moreno (Ambato, Ecuador) Poemas Selectos

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  AL FINAL  Al final del día,   mis manos vacías están.  No hay tinta,  no hay libros.  No hay trigo,  no hay pan.  No hay uvas,  no hay vino.  No hay comunión...    Solo una intensa soledad.    Al atardecer,  mis versos mudos  desparramados  en escenarios  lejanos y extraños,   en libros perdidos  en el tiempo,  no tienen voz ya.    La jaculatoria del fin del día,  el rosario para mascullar penas  solo hablan de la verdad:  que nos rodea la muerte  y sonríe sin piedad.    Al final de la vida,  unas manos vacías  con callos de soledad,  con lágrimas que se cuelan  y ruedan a la eternidad.  TRISTEZA   Entonces   me ataca la tristeza  y me arrastra al suelo  como un trapo.    Mi nostalgia  tiene un nombre,  un apellido,  una fecha  y un lugar.   Está plagada   de recuerdos  y una triste realidad  que suena en vacío;  me encierra en un cristal.    Mi recuerdo  es tu perfume  que embriaga mi vivir  y destila   versos tristes sin cesar.    Mi nostalgia,  está vestida de tí,  se engalana con

Isabel Rezmo (España) - Poemas Selectos

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  I El dolor me pone de bruces El dolor me pone de bruces.  Como un ladrón exhausto, aturde las bajezas humanas como un laberinto. Deseché el vertedero del hambre como un navío en medio del monte santo, sentencia la gravedad, morir si no hallo la manera de buscar la presencia de Dios o de algo. Incauta en la rama del ufano bosque. (Poemas de Tempo, Ed. Nazarí 2018) II Es pasado Creía en ti. Solo 4 voces dentro de 60 silencios. Solo un ángel. No hacía falta dinamitar la tierra. Creía en ti. Eras agua de mi fuente, perfecta idolatría que aguardaba los vientos. Creía en ti. Y ya no lo hago. No disimulo. Creía en ti. No me lo guardo. Eras creíble. Eras latente. Era nuestro. III Versus Adelante, quédate. Quédate como tu nombre indica, bajo la voz penetrante de una piedra en el aire. Adelante, ciérrame la boca que el rencor no salga por el aire. La lucha detenida por el desierto, por la frágil lágrima del mármol pervertida en los sentidos. Esa bajeza divina que viene y va todos los días sien

Mario Meléndez (Chile) - Poemas Selectos.

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No hay pájaros en el árbol del lenguaje sólo palabras que saltan al vacío como frutas suicidas                       I EL CADÁVER DE NADIE Usted verá pasar el cadáver de nadie  por una sinagoga en llamas Estará parado en la esquina  donde el cortejo se divide en dos  Unos irán a pie  llevando el ataúd por un atajo  Otros en línea recta escoltando la carroza de rodillas Llegado al cementerio  la madre y la viuda del cadáver  se quitarán el luto  y las piernas ortopédicas Podrá ingresar al recinto sólo si es familiar De lo contrario deberá contemplar resignado  al igual que esos curiosos  apostados en los techos  o colgados de los plátanos orientales Terminada la ceremonia de cremación  las cenizas serán arrojadas  sobre la concurrencia  y usted volverá a la misma esquina  a esperar el siguiente funeral                         II [VI A SINATRA EN LA MÁQUINA DEL TIEMPO] Vi a Sinatra en la máquina del tiempo Soñaba interpretar sus grandes éxitos  arriba de un tiranosaurio rex Pero llegó a

Paula Camila Rhea Freire (Ecuador) - Poemas selectos

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LO HAS DE RECORDAR  ¿Te acuerdas la casa en el palomar? Ahí pasabas cosechando sentires,  allí el tiempo se perdía y volaba al infinito. ¿Recuerdas ese cielo oscuro lleno de estrellas? Parecía que junto con la luna  nos miraban inquietas,  bailaban al vaivén  de nuestro aliento,  agradecidas se veían por aportar a su cielo. A lo lejos los sonidos de la ciudad  disimulaban el concierto,  pero en los confines del universo se escuchaba nuestro eco. Unas veces  orabas con mis besos,  otras tantas con cariño  te ceñías a mi cuerpo. Luminiscencia de dos almas  que bajo la lluvia danzaban, bonhomía de mi amor por ti que sin rumbo deambulaba. Ahora todo queda en la memoria,  donde quizás el tiempo  podrá matizar  y aligerar la ausencia.  Ahora solo la lluvia, la luna y la estrellas;  estarán presentes en esa casa,  testigo mudo de esas almas, que ahora ya lejanas  vagarán hasta encontrarse como en vidas pasadas. OJOS TRISTES Esos "ojos tristes" donde un día posaste tu mirada,  te exp