Nadia (Argentina) Poemas Selectos

 



YO NO

Yo no lloro...
sólo alquimio tristezas
vierto venenos
amnesio mis restos

Yo no amo...
solo repito
palabras gastadas
con los dedos cruzados

Yo no sueño...
solo cierro los ojos
respiro lento
y disfrazo al cansancio

Yo no río...
solo distraigo
a mí osamenta
del silencio cercano.



QUISE

Quise conocer el abismo
recorrer sus adentros...
aprender de memoria el camino aunque tal vez no hubiese retorno.

Quise entender el abismo
fluir en lo más profundo:
En el vientre insondable de la sombra
donde se fecunda el origen
de la luz y del designio
del misticismo y del silencio...

Quise encontrar el abismo
donde imperan
el vuelo incesante de los cuervos
el canto infinito del ángel oscuro
y la reina nocturna danzando en el viento

Quise enfrentarlo
habitarlo a aquél:
artífice absoluto del corazón
de los sueños del poeta...

Si, quise tocar
el lado negro del cielo
la noche del alma
el fondo de todo
y fundirme:
quise ser.

Si
quise saber el abismo:
y cerré los ojos.



A MI MADRE


Alguna vez fui
un sueño pequeñito
materializándose en tu centro:
Un sueño que atesoraste
al son de tu corazón
con vida, amor y sangre.

Alguna vez
tu vientre fue el portal de luz
qué me trajo a esta dimensión

y tu mirada amorosa
el sol que me condujo
en cada paso celeste.

Tus manos son
el abrigo perfecto
cuando me siento inerme,
al olvidar tontamente
las alas inmensas
que heredé de vos
y de todos mis ancestros...

hasta que tus palabras me reconfortan,
resplandecen en mi corazón:
certeras me recuerdan
el pacto del alma
y sin dudar me repiten
que puedo...

Entonces el miedo se aleja,
pierde fuerza
porque no tiene lugar y alimento
para crecer dentro:
Y es que cuando todo está oscuro e incierto
tu voz impera... la escucho
resplandecer como el sol
y remonto vuelo.



ANTES DEL FINAL


Conociendo ambos lados
mundos de la moneda:
involuntaria mente infante
Quise decir el reflejo de la noche en el agua
y susurrar el espejo de los ojos del ángel...

En este camino de neblina y sol difuso /de sombras
de esqueletos /de árboles otoñales

y un intuitivo recorrer
cada alternancia,
la absoluta oscuridad
con valentía inocente
recompensada en peldaños de gradual luz.

Sé que veré el resplandor
mucho antes del final...

y que este dolor viene a enseñarme a ser
paciente cautela de araña
cuando después de tanta labor
pasa un dedo cruel a esfumar el manto.

Ahora voy entendiendo
cada paso dado
hacia el canto nocturno de la niña fantasma:
que la poeta es una de las voces que cubren mi rostro transparente/
que la búsqueda siempre lleva al eterno retorno interno/
y que en dicho paisaje
escribir me ha protegido
de lo que se me permite ver.

El fuego reptando
inminente al encuentro
es la musa que a mí necesidad
evoca en su cuerpo cada elemento

Ella ha augurado:
" Cuando sus alas emergen
la mariposa gime en silencio".

No hay mayor certeza para este tibio albor:
Sé que veré el resplandor
mucho antes del final.







Sobre la autora

Argentina (15 de octubre de 1989 en capital federal, Buenos Aires) Actualmente reside en la ciudad de Monte Grande. A los diez años algo inexplicable y hermoso la condujo a la poesía, desde ese momento hasta la fecha no se separa de ella.



Muerte programada


La elegía que encabeza sus poemas describe a un espíritu afligido por el tiempo, cansado del afecto y las falacias que mascullan los enfermos; los signos re-vueltos que han perdido todo significado, las onerosas tareas que consuman las fuerzas de los hombres. Lo que sigue a “Yo no”, es un diálogo fúnebre que sostiene con la madre, ‘ tu vientre fue el portal de luz…’ Es evidente su dominio del verso libre y la idea secundaria latente en su poética; la muerte como luz que enceguece la vigilia, que nos permite ver ‘el resplandor mucho antes del final…’. Existir es nacer y morir sempiternamente.


Sierpe

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