Diego Rojas - Poemas selectos
POESÍA,
¿ARTILUGIO O PIEDRA RÚSTICA?
Por. L'âme bleu
Arrojando
poetas, imágenes y denuncias, Rojas aconseja sin aconsejar sobre nuestra
relación con la poesía. Mientras, por un lado, la poesía es una finalidad, un
abismo próximo que alivia la carne humana, más allá del placer subjetivo que
propicia. Dulzura, sin importar la tempestad que retrate. Por otro, presenta al
arte poético como un aspecto de la naturaleza humana, el deseo irreconciliable
de hacer guerra, o, sutilmente dicho, esa primavera / en el infierno. Conflicto,
sin importar la mágica melodía que emerja de nuestro ser.
Corazón para la guerra
que no me vengan ahora
con esa canallada
de que el arte por el arte
que la más pura libertad de expresión
que ninguna verdad es santa
que no me corran esa lámpara
de que la belleza enterrada en las palabras
que la poesía reparte bala en lugar de pan
a los pobres diablos de lectores hambrientos
que no pretendan entristecerme
contándome las penas
del preservativo
que se muere virgen esperando
en un rincón de mi billetera
porque polvo han sido
y polvo serán
los años quemados de mi juventud
porque fue el vino el que se emborrachaba de
mí
cada vez que abría las
botellas
no crean que fue al revés
porque fuimos cuatro sobre tu cama
aquella vez:
tú
yo
nuestras dos soledades juntas
abrazados hasta el amanecer
con el corazón abombado
en perica barata
siempre a punto de guerra
no necesito jurarlo:
te amo tanto
que me encadenaría a tu tumba
cuando te estés pudriendo
bajo un sol de perro
porque durísimo ha sido el camino
que me bebí todas sus piedras
para poder seguir
y hoy soy como la cabeza aplastada de la niña
bajo la rueda trasera del camión
¿por qué
no puedo llorar
si tengo la cabeza toda reventada mamá?
la realidad es que la
luna es el sol
pero travesti
no se emocionen tanto:
también hay primavera
en el infierno
Dentro de este poema venden drogas
cabalísticas
dicen que Patti Smith
estaba enamorada de Rimbaud y que aun cuando vinieron a nacer en siglos
diferentes su amor fue mucho más que un ridículo acto poético: lloró durante
semanas cuando aquellos malnacidos le destrozaron su libro de poemas del primer
niño del punk que siempre llevaba consigo mientras trabajaba en aquella fábrica
en su adolescencia de 1964
cuentan que Li Po murió ahogado cuando
borracho intentó abrazar la luna apoyado en la frágil rama de un árbol y que el
río fue este texto fugitivo de los tiempos y las cosas (de conformarse este
hecho en particular cualquier ser humano podría entender que es lo que quiso
decir Roy Sigüenza cuando anotó: escribo como un buscador, no como alguien que
escribe – cuando un escritor escribe sabe que escribe, el que busca no, no
sabe- No hay certidumbre ni dioses que la den)
murmuran que García Lorca haciendo el amor con
Luis Cernuda eran como esa nebulosa cuando aún es apenas una larva en el
estanque dejado por una lluvia de pasiones incendiarias
yo sin querer una noche me topé con Alicia en
el Night Club “Las Maravillas” y estaba tan clara su piel como el labio del
cristal que duerme entre traiciones y su cabello rizado como el sol y micro
vestido de cuero negro
pero ya lejos de toda suposición y sospecha
con todo este barro con el que se tejen las palabras desnudaría la sangre de
esa mujer que ha de estar esperándome en ese lecho de sal y tinieblas impuesto
en el corazón meado por el día venidero
les juro que no
dudaría en fumarme todas las grietas del asfalto
Mi ex novia era la versión femenina de
la conciencia de Pinocho
(poema sin registro sanitario)
si se te duerme el
diablo
que no sea en mi cuarto
te lo pido
mucho menos en esa
cama
donde descoqué a un
ángel
que por poco me
denuncia con la DINAPEN
por no cumplir con lo
acordado
cuida que el pipí de
los cielitos
no vaya a mearse en la
leche de la guagua
para que no se nos dañe la noche buena
procura ser más cuidadosa esta ocasión
que es un derecho constitucional
de todo ciudadano ecuatoriano
montar la de sabido de vez en cuando
me queda claro hace mucho rato
si hasta llorando me juraste
que si te acostaste una sola vez
con ese viejo chulquero
fue porque tu mamá
necesitaba plata
y como yo no trabajaba
no te quedó de otra
mas no te preocupes
te creo porque yo también soy mentiroso
te creo porque te debo muchas noches de placer
y no tengo con que pagarte
(todito me lo gasté
chupando)
con eso estamos a mano
supongo que ya no
caben los reclamos
ni que nos dediquemos puteadas
en nuestros muros de
Facebook
que hay que seguir con esta guerra
pero en paz
que hay que hacerlo todo
pero en baja voz
porque doloroso es el peso del adiós
la masacre de los besos
tus orgasmos suicidándose
como la lluvia violando el aire
como papá creyéndome maricón
porque solo sirvo para escribir poemas
y ya que hablamos de eso
¿quién dice que muerto el perro se acabó la
rabia?
si ni encerrados en
sus tumbas
los poetas dejan de
fregarnos
cuídate de las aguas mansas
que de los escritores me cuido yo
imagino que ya no hay chance para reproches
que yo si fui buen dato contigo
no me rasuro la lengua para decirlo
que se me pudra si te miento
que me
hagan ver la sangre
a ver si soy drogadicto
y si soy drogadicto
que me mutilen el verbo
¿y si me meto por la nariz
todas estas líneas que
te escribo?
se nos duerme el
diablo en nuestro cuarto
y tiene pesadillas
de todos modos
la vida mata
la más desnuda forma de la piedad
al final la profecía
resultó verdad:
entre los muros nos
hicimos viejos
teníamos como 17 años
y nos gustaba cantar borrachos
y a todo pulmón: no dejes queeeeeee
nos coma el diablo amooooor
que se trague tu
calor eructe mi dolor
y a veces hasta interrumpíamos la letra
para darnos besos que sabían cómo a esa
cerveza
de sesenta centavos de aquel entonces
pero por ahora solo
estas terribles manchas en el corazón
y ese hueco llamado
Felicidad
que nunca aprendí a
saltar
¿recuerdas cuando los
profesores nos hablaban
del exitoso futuro que tendríamos si leíamos muchos libros?
lo que nunca nos
dijeron es que esos libros
tenían que ser de
cálculo avanzado
gestión empresarial
códigos penales
y no de esos tan raros que solo enseñan
que la navaja de la mente no deja cicatrices
pero amputa los recuerdos
desde el principio lo
hicimos todo mal
mi madre que todavía
no muere
pero su cadáver que ya
perfuma mis poemas
ni contigo ni sin ti
como te explico toda
esta canción que ya no nos llueve
no pido perdón por todo el fracaso
estoy cansado es
cierto
me he querido matar
bebiendo
y no lo he conseguido
este espejo que vomita
lo que ve
todo aquello tan humillante
que acepté hacer con tal de llevar dinero a
casa
mintiendo que es gracias a la literatura
ignoro que es todo lo
que hago hoy
hago cualquier cosa menos escribir
jamás existo cuando escribo
no escribo no escribo no escribo
entre los muros nos
volvimos sangre
nos volvimos sed
esputo palpitante
toda esta miel extraña
con su genital reseco
lastimándonos el miedo
y un pájaro líquido
anidándome en el hígado
nadie es culpable de
mi inocencia
nadie tiene la culpa si amanecí tirado en la
vereda
perdidos el celular la billetera los zapatos
y la poca fe que me
quedaba
mi inspiración empeñada en un fumadero de
nubes
pasa desnuda la brisa y no siente vergüenza
por las miradas enfermas de los vagabundos
de esta calle que
agoniza
el futuro solo fue un
gato atropellado por la ausencia
y la poesía que me
cuenta otro de sus pésimos chistes:
el amigo que me
escribe preocupado para contarme
como me mataban a garrotazos en su sueño
y que era tan real
Biografía
DIEGO ROJAS ARIAS.- Pasaje, El Oro, 1986. Ha publicado en poesía “Amor Escupido” (Co-edición independiente, Portoviejo 2013) “La poesía con sangre entra” (Marfuz editorial, Manta, 2015) “Con todos los diablos encima” (Andesgraund-Todos tus crímenes quedarán impunes editores, Santiago de Chile, 2017) y “El paraíso de los nadie” (Tinta ácida- Cuerpodevoces editores, Manta, 2020) Algunos de sus poemas han sido traducidos al francés e italiano.
Valoración
literaria
Olor a cigarros, ron en
vasos cuarteados, por los disimiles choques de los pies ebrios en noches de
eterno sexo. Fuimos cuatros sobre tu cama. Hay una reverencia a los 60;
la práctica de sexo grupal sería una forma para democratizar, el amor, el goce,
la felicidad. Vivir solo por el placer de ir matándose. Hay un desbordamiento,
una desmesura amoral, que se convierte en norma para entender una estética
corporal. La música de Patti Smith su imagen, sus alaridos acompañan estas
palabras.
El Navegante
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