Yankilé Hidalgo - Poemas selectos



Reseña


Es un poemario brevísimo, pero sustancial en la obra de Yankilé Hidalgo, pues usa a Circe para hacer de ella símbolo idóneo de la ira. Ira, no solamente hacia lo amado, más bien, a lo incongruente que resulta la realidad vulgar. Digo realidad vulgar para aclarar la escisión existente entre el autor y lo observado por el vulgo, para detallar lo lejos que estamos del dolor del escribano.

 

Quiero citar un texto de mí agrado perteneciente a La ira de Circe "Podría hasta olvidarte, desistir del pensamiento de ti, reinventar tu nombre". Rehace al ser a imagen del polvo. Reduce un nombre a cifras inconmensurables. Amenaza con trasformar al objeto de su enfado en olvido, silencio y nada. Las imágenes helénicas imperan en su prosa, pero nunca inveteradas, sino novedosas y coherentes al momento y lugar. Llevándonos a concluir, que si algo perdura en el hombre, es su ira, primitiva y ambigua pócima que convierte hombres en antropomorfas criaturas.

 


I

 

Ulises, guíate por el tacto, que los labios llenos de ira y desaciertos

blasfemen sobre las islas a las que pertenecemos.

Ulises, Ítaca es mundana y, contigo, la noche es redonda como la muerte.

No necesitamos las nostalgias para existir.

 

II

Te he estado tejiendo y destejiendo, a ratos, a tiempo, a destiempo.

Soy Penélope, no me desconozcas.

 

III

Ahora soy Circe. Quédate, que soy isla, quédate que soy magia, quédate que soy trino y tú eres ave.

Quédate,

que en Eea mi soledad se parece a mí, me imita, se dibuja en mi sombra.

 

IV

 

Llena de presagios invoco tu nombre.

El mío es Calipso y no Melancolía. No recuerdo si el tuyo es Naufragio o Amante.

Tengo como tú una Isla. En Ogigia tu ausencia no pudo retenerte por más tiempo.

 

V

No evitaron mi partida la promesa de inmortalidad,

ni los cantos de sirenas, la flor de loto,

ni la hospitalidad de Eolo,

la magia de las hechiceras

ni siquiera los amaneceres en los que desperté enredado en sus piernas.

Ulises ya no será más el de antes.

No niego mi pasado adúltero y desmemoriado. Minimizaré la soledad y el llanto que produjo mis partidas.

No ofrezco retornar al lecho de las ausentes.

 

 

 

 

 

 

 

 

II

 

La patria cumplió su cometido

Nos vio nacer y hemos sollozado

Con ella y por ella.

 

La patria se parece a mi casa

Devastada por los estragos del tiempo

Ayer me enseñaste parte de sus ladrillos en los muros de la vecina

-¿recuerdas la reja del patio?- me preguntaste

La tiene el vecino del fondo.

Y de la madera entre el comején, sus grietas y astillas ya no queda nada.

Se cayó la casa, la patria se cae en pedazos.

Los que se han ido intentan guardarla más en la memoria

La patria, como la madre, dicen, es una sola.

La casa vio irse a la prisión al padre,

Se enteró de su ida casi obligatoria al país del norte

Se fue la hija al país del sur

Y luego a la madre

sus paredes no pudieron soportar

la intransigencia de los espíritus que la habitaban

¿Y qué es la patria, dime? ¿Qué es la casa?

¿Dónde encuentro ahora sus puertas y ventanas?

¿Dónde la risa, los cantos, la prisión entera?

la casa y la patria se parecen entre sí en que los hombres y mujeres que han vivido en ellas

solo asoman sus narices, la recuerdan y huyen.

 

 

 

 

 

III

 

 

Lengua, regresa a tu boca

sin humillar a los humildes.

Enróscate en estos labios que te sonsacan para que hables,

para que digas lo que debas

así sea eso lo que te reseque la piel.

Lengua, examina las palabras, cada oración, cada verso.

 

Lengua maldita, previamente bendecida:

Lame la cereza y su sexo, saborea la lámina sudorosa que cubre su cuerpo.

Guarda lo que la mente no ha podido dictar a tu mano que escriba

sacude gota a gota tu saliva sobre su espalda.

Llénate de placeres y agota los chismes,

que la ambrosía está en la miel que recogerás cada mañana de su sonrisa,

no en lo que de él digan.

 

Lengua: come, mangia, eat,

que mi cuerpo se alimente de tu gula y de los postres prohibidos.

 

Lengua: canta, ama, susurra, gime, bendice,

limpia la comisura de tu boca

enróscate en su cintura.

¡Provoca! Para eso te han hecho,

para entregarte a la humedad, a otros labios, a criticar, aunque reviente,

¡aunque reviente, y a vivir!

 

 

IV

 

Que se organice el mundo

con sus costillas partidas

y la sangre desparramada.

 

Que endurezca las encías

Y apriete sus dientes.

 

Que perfume las alas

con azucenas a la hora en la que

los cruces de autos se entremezclan

frente a los semáforos de las capitales

y llega el alivio a las fosas nasales

de los estresados conductores

y de los tristes transeúntes.

 

Que se vista de blanco el ocaso y el miedo

y abra el mundo su camisa,

y seque la gota ardiente de su sudor

por trabajo.

 

Que componga el mundo los jirones de su vestido

desaliñado de mundo descolorido.

 

Que haga invisible sus costuras mal formadas,

ya rotas.

Que se descompongan a la inversa

sus vértebras mutiladas en la guerra.

Que hagan sonoras sus canciones,

risas y resuenen los arpegios

de un violín al viento

sin censuras ni demoras.

 

Que nos conceda un tanto de misericordia,

Que oiga el clamor de los ciegos,

ahogados,

ahorcados,

desmembrados,

amarrados,

callados,

humillados e injustamente ajusticiados.

 

Que sea mundo también para el débil

que no pudo fortalecer sus carnes.

Que sea más que mundo y se plantee el cobijo,

el sustento, la compasión y la avenencia

como reglas del juego.

 

Que se imponga la razón;

no más grilletes en los tobillos.

Que sea estrategia el equilibrio

para desprendernos de la insensatez,

ya nos sobran tozudos e intransigentes

que garantice el pan, el agua y las palabras de acogida.

¡Qué se organice el mundo que hemos desarreglado!





Biografía


Yankilé Hidalgo (La Habana, Cuba 1973)

Vive hace más de 20 años en Quito, Ecuador. Es profesora de Lengua y Literatura en Liceo Campoverde, Quito y en Universidades de esta ciudad. Consultora Ministerio de Educación del Ecuador, 2014. Autora de la letra de dos canciones seleccionadas para participar en Lo Zecchino D´Oro, Bologna, Italia “Canzone indigena” (2002), “Verso l´aurora” (2012). Es autora de la novela juvenil “Nostalgias de un rey sin corona”, (Santillana, 2009), (Prolipa 2019) y del poemario “Para nada inocente” publicada por El ángel editor, 2017. Sus poemas aparecen en la antología Paralelo Cero 2018, y ha sido invitada por dos ocasiones a participar en este festival internacional. Forma parte de la Antología de poetas cubanos: Versos desde afuera de Éxodus de Ego de Kaska, Foundation, Miami 2019 y en la Antología Diez navíos para la memoria, El Ángel Editor,  Quito 2020. Próximamente la Editorial Pluma Andina publicará su poemario: La ira de Circe.




Valoración Literaria

 

Yankilé es valiente. La cosmogonía, para nada neutral, que exhala su espíritu elevado es la recompensa a todos mis años en busca del manantial de las verdades necesarias. Y también pide y también exige y también suspira, pera jamás renuncia. El arte es nada, lejos de lo subversivo e Hidalgo lo entiende como el aleteo de un ave delicada que derriba el miedo con el que “los hombres” han cimentado los muros del poder y por desgracia de la arrogancia y la maldad. El vino se derrama sobre el folio donde imprimí sus versos; fue intencional la mezcla entre su tinta y el rojo de la copa abierta. Quisiera tener su libro completo, supongo que, de encontrarme con algo suyo, el viento puede persuadirla para que me hable un poquito de la Ira de Circe. Me fascina la idea de sortear el tiempo dentro de la nave poco usada de mis memorias felices.

 

El Carnero.


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